Siguen las revoluciones personales

Mi hermano Rafael relanza su vida en la Cerdanya. Una segunda vida, una vida mejor. Me siento orgullosa. Cada día cocina mejor, con más "conocimiento", con más "pasión". Alquimia+cariño, la misma fórmula que está aplicando a su propia vida....
Es una persona interesante...

Nina me invita a comer. Ha pasado un mes durísimo: peor que las dos semanas en el hospital, han sido las dos semanas de reposo total sola en su casa y... dejando de fumar. Me admira. Es fuerte y valiente. Reconoce que le queda mucho qué hacer consigo misma: las mujeres superamos a bandazos, a medias, los golpes que nos da la vida y luego... nos toca trabajo doble: cuidar de los nuestros y de nosotras mismas... y a nosotras ¿quién nos cuida?
Nina está espléndida, a veces el sufrimiento nos ilumina y este es su caso... Es una persona interesante.
Un mes en el dique seco y ha dado un salto gigantesco, ha mirado cara a cara a todos sus demonios, hasta los que estaban escondidos en esos rincones de la infancia..., valiente, es muy valiente.
Madurescencia, revolución, plantar cara, apostar por una misma, volver a ilusionarse, exigir un lugar en el mundo.
Hablamos, hablamos, hablamos... qué ganas tenía de ver a Nina y a Marta. Qué ganas de explicarles qué he sentido en mi viaje a México y qué interesantes, que grandes seres humanos son Karen, Víctor, Daniel..., qué ganas de ese suave bienestar que produce la amistad, esa bonita sensación de no estar sola en el mundo.
Reviviendo la adolescencia. De nuevo reconstruyendo el mundo. Por segunda..., tercera..., enésima vez. Sin ninguna certeza. Todo parece nuevo. De nuevo empezando. Qué maravilla. Y ahora sabiendo que cada minuto es único, que cada minuto es un regalo. Ahora ya no cabe aquello de... mañana será otro día. No cabe.
Miro a Nina y veo su empuje, su fuerza, su enorme valentía y sé que no estoy sola en el mundo.

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