Reflexión madurescente desde Arroyo de la Encomienda

Barcelona -Madrid Barajas - Madrid Chamartín - Valladolid - Arroyo de la Encomienda: Vía Crucis de domingo para una sola sesión para el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Castilla y León 


Pero sólo llegar a Valladolid todo se vuelve amable. Han valido la pena las cinco horas que hace que salí de Barcelona para descubrir en mi taxista Sergio de Diego www.sergiodediego.com a un magnífico compositor de bandas sonoras que he estado escuchando hasta llegar al hotel, además de un gran conversador. Música amplia, redonda, potente con la que hemos atravesado Valladolid en un suspiro, mientras hablábamos de Facebook y su capacidad de difusión de cualquier actividad. Le he recomendado Twitter. Hablamos también de las ciudades: Barcelona, Madrid, Valladolid y de su hermano que tiene una productora y a veces trabaja para él. El taxi: un trabajo. Su pasión: la música, el piano.


Y hemos llegado al hotel que dada mi experiencia en extraradios y polígonos, me esperaba sencillo y digno. Pero me he encontrado con un pedazo de hotel, La Vega, que tiene hasta baños turcos que pienso aprovechar.


Domingo noche, el hotel está casi vacío. Ceno sola y se deshacen por atenderme. Como no estoy ni yo misma para vigilarme, me permito un sandwich club y una copa de Ribera de Duero.


Transgresión, pecado, lo del huevo frito seguro que roza el delito.


Espacios enormes pero cálidos. Estoy en la cafetería. Una inmensa barra quitapenas semicircular enmarca el espacio de sofás y butacones en el que ceno, me horrorizan los restaurantes de hotel, pero amo las cafeterías. Soy la última, pero no tengo prisa. Los camareros tampoco... 


Pienso en mi conversación con Rafa Escudero y en lo importante que fue para mí el taller sobre MIDLIFE: Fundamentos para transitar por la segunda mitad de la vida. Analicé entonces los síntomas de mi propia crisis madurescente: 


Tengo plena consciencia de mi propia muerte futura. Hasta hace bien poco la muerte era algo que les ocurría a los demás. 
Tengo sensación de aceleración: me queda menos tiempo por vivir, que tiempo vivido.
He cambiado físicamente. Fui consciente de ello hace muy poco: no me reconocí al mirarme con atención en el espejo. Mi metabolismo se ha ralentizado, tengo menos necesidad de dormir.
Estoy construyendo para mí un nuevo rol que se centra básicamente en el mantenimiento de la calidad de vida.
No soy capaz de retener nuevos conocimientos si no los conecto con mi propia experiencia, si no los relaciono con una experiencia anterior.
Tengo una importante inclinación hacia el mentoring, disfruto tutorizando juniors, me gusta ver éxitos de personas más jóvenes que yo.
Necesito mayor autonomía que hace años, no soporto tener jefe.
Me cuesta desaprender, repito inconscientemente pautas y comportamientos.
Tengo pequeños dolores crónicos...
Conozco mucho mejor que hace unos años mis propios defectos y talentos.
Mantengo intacta la curiosidad pero me interesa poca gente.





A partir de esta reflexión pienso que podríamos abordar una oferta de "Gestión de la Midlife" que podría dirigirse a:


"Madurescentes" que individualmente quieran mejorar su calidad de vida, planificar la tercera etapa de la vida y reinventarse en cualquier sentido...


Departamentos de Recursos Humanos que, conscientes del progresivo envejecimiento de las plantillas de sus organizaciones, quieran reelaborar temas como:


Conciliación para profesionales maduros (dependencia, cronificación de enfermedades, etc)
Aprendizaje en la madurez: transmisión del conocimiento tácito, gestión del conocimiento y creación de la inteligencia colectiva de la organización.
Reciclaje tecnológico en competencias digitales: uso de herramientas 2.0 y nuevos métodos de trabajo: colaborar, cocrear, coworking, coopetencia, sharismo, cooperación, etc.
Outsourcing: Gestión por proyectos. Coordinación de equipos externos a la organización. GIG: Gigonomics.
Empowerment: Redarquía: trabajar en red.
Comunicación interna: Creación y coordinación de comunidades de empleados: de la intranet a las redes sociales corporativas.
Comunicación externa: Coordinación de la participación de los empleados en la creación y gestión de la reputación corporativas: de empleados a fans.


Porque de lo que se trata es de vivir esta etapa de la vida sin perder la ilusión:



Comentarios

  1. Ostras Laura, esta reflexión la pudiera haber escrito yo [si tuviera la misma gracia que tú ;)] a partir de lo del “huevo frito” la identificación ha sido progresivamente total! ;-)

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  2. Manel, que siga siendo un placer cumplir años... creo que depende de la curiosidad que conservemos.

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