TIEMPO OPORTUNO VS VACACIONES. Trabajando por cuenta propia.

Ayer 1 de septiembre superé la ingente avalancha de artículos, posts, frases célebres..., sobre el fin del período vacacional y la vuelta al trabajo, en un país en el que a fecha de hoy, 2 de septiembre, el paro registrado es de 4.427.930 personas y en el que somos 3,1 millones de trabajadores por cuenta propia.

Para todos nosotros la palabra vacaciones ha perdido su sentido. Nuestro tiempo de ocio y nuestro tiempo de negocio se han diluido y medimos los momentos de forma cualitativa y no cuantitativa. 

Encontramos momentos adecuados para tal o cual actividad, ocasiones para realizar tal o cual cosa, pero hemos dejado de medir el paso del tiempo en forma de "tiempo que paso" en tal o cual lugar, lapso de tiempo que dedico a lo que sea...

Los autónomos, freelances, desempleados (que no desocupados) de toda condición nos regimos por el tiempo "kairos" en lugar de por el tiempo "cronos".

Como explica Eugenio Moliní en su blog
"Cronos todo lo devora, incluso a sus hijos, para conservar su poder. Es el tiempo que pasa, "cronológico", que nos lleva inexorablemente hacia el fin de los días. Kairos es el dios de la oportunidad, un  joven con un solo mechón de pelo que pasa rápidamente y al que hay que pillar por el mechón al vuelo porque pasa por nuestro lado en un abrir y cerrar de ojos."

El tiempo Cronos nos exige objetivos y metas que una vez alcanzados o tras el fracaso, exige nuevos objetivos. Y así dividimos nuestro tiempo en secuencias: tiempo para trabajar, para descansar, para comer, para jugar...



Mientras que Kairos exige reflexión, estudio, observación... para estar ojo avizor y verle aparecer y atraparle.

Cronos organiza nuestro tiempo mientras que Kairos no mide el tiempo sino nuestra participación en él, hasta el punto que en el "tiempo Kairos" perdemos la noción del tiempo, porque estamos involucrados en lo que hacemos y no en la medida del tiempo.

En este sentido mi mes de agosto no es "inactivo" frente al resto del año "productivo". En mi condición de trabajadora por cuenta propia, mi tiempo se define por la acción adecuada en cada momento presente, por si es "tiempo oportuno" para una u otra actividad, y eso hace que el silencio de mi barrio en agosto propicie la lectura y la escritura, o que el mes de septiembre esté lleno de oportunidades de nuevos contactos y nuevos clientes, o que considere "oportuno" no perderme el temporal de levante que suele azotar la Costa Brava en otoño.


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